El Uno X Uno de los campeones!

Cada vez que salimos campeones nos damos un momento para destacar a los principales responsables del nuevo título.

Realmente la última estrella obtenida por nuestra institución fue de las más difíciles, ya que jamás llegamos a una finalísima, es decir, a un partido que definiera el título, lo que nos provoca un sabor especial.

Hoy pretendemos destacar a los principales (no a todos) responsables de este hermoso logro.

 

Sergio Somma: El Pilar

 

Si hay un capitán en este barco que se lleva todos los méritos es nuestro presidente Sergio Somma, quien lidera el proceso deportivo más exitoso del básquetbol uruguayo. Al frente de una Comisión Directiva que tiene claro los objetivos en cada temporada, la presencia de Sergio Somma es sustancial para mantener un rumbo sólido a pesar de los obstáculos. Así lo ha demostrado desde nuestra primera estrella: en los momentos de dudas jamás soltó el timón.

 

Pablo López: El Estratega

 

Si a alguien debemos agradecer nuestra quinta conquista es a nuestro entrenador Pablo López y a todo su cuerpo técnico. Desde que asumió en el 2006 ha tenido la visión exacta para Malvín: nos ha convencido de que el camino para campeón se basa en la ética de trabajo y en el perfeccionamiento constante. Su consigna “defensa nos pone campeón” nos ha hecho brillar en poco más de una década, marcando una época en el básquetbol nacional.

 

Nicolás Mazzarino: El Organizador

 

El Grado 5 Playero es una bestia. En 5 años alcanzó 3 coronas con la camiseta de la Playa. Ha sido nuestro técnico dentro de la cancha. Implacable como francotirador, su función ha ido más allá. Es el gran organizador del equipo en las ofensivas, generando juego cada vez que la bola naranja pasa por sus manos. Il Capitano ha desplegado talento y carácter para meter pelotas claves durante toda la temporada. Por algo es la referencia ineludible del rival. Sin dudas que el destino sigue brillando en él, saboreando la gloria de los campeones.

 

Hatila Passos: El Amigo Invisible

 

Cuando uno pasa raya acerca de la temporada que pasó, solo tiene palabras de agradecimiento para este león que fue Hatila. Nos llenó de regalos, aunque no tuviéramos la capacidad de verlos. Fue el rebotero del equipo, pero el gran cortinador. Desde sus cortinas se generaron la mayoría de las ofensivas del conjunto de López, desde sus cortinas Nicolás disparó bombas por doquier, rompiendo el cerco defensivo impuesto por los rivales. Si no fue el mejor jugador de la temporada, pega en el palo. Quizás su juego no luce como el de otros, pero desde él podemos levantar una nueva copa y colocarla en la vitrina. Fue el cimiento de este campeonato.

 

Marcos Cabot: El Conductor

 

Llegó este año para ponerse la azul de la Playa. Justo llega en una temporada donde veníamos bajando el presupuesto. Pero él desde el comienzo se tenía fe para llegar a lo más alto. Así se lo hizo saber a Pablo López y así fue. Tal vez es el jugador que más sufrió esta temporada, alternando su posición. Hasta la llegada de Kevin Galloway jugó de una manera diferente y luego pudo soltarse. Pero no fue lo único. En Defensor Sporting tenía un rol más protagónico en ofensiva y cuando llegó a Malvín supo que su función era diferente. Pero siempre fue el conductor del equipo, el hombre de inicio, el hombre que por momentos nos salvó, como aquel triple en la hora en cancha de Larre Borges frente a Nacional o la defensa final ante Bavosi en el quinto juego. En las dos áreas ha tenido una presencia formidable y ha sido sustancial para esta Quinta Estrella.

 

Marcel Souberbielle: El Doctor

 

Si ha tenido una constante Marcel durante toda la temporada es que cada vez que ingresó desde el banco nos sanó. Entró para curar. En cada partido que teníamos problemas el jugador de la cantera nos daba soluciones al instante. Y hay que tener memoria, eso no fue solamente en las series playoffs, fue durante todo el campeonato. En la fase regular entraba para cambiar nuestras ofensivas estancadas y lo mismo hizo ante Hebraica Macabi, Defensor Sporting y Aguada. En un año difícil para él, ya que comenzó con un problema complicado en la espalda que casi le impide jugar y terminó con una lesión en el tendón de Aquiles, que le imposibilita concurrir a la selección uruguaya y cumplir su contrato en Puerto Rico. Pero el haber obtenido la Quinta Estrella y ser considerado el MVP de la temporada sin dudas que son un aliciente para mantener la alegría y disfrutar de un protagonismo que nos curó en momentos calientes.

 

Juan Santiso: El Espíritu

 

El hombre que nos llenó de energía. Cuando el equipo lo necesitó dio un paso adelante. Quizá en la fase regular su intensidad no lo dejó conducir de la mejor manera. Pero en playoffs creció a pasos gigantes y nos catapultó a una agresividad bien entendida, de esas necesarias para jugar finales. ¿O acaso no nos volvió el alma al cuerpo cuando en el último partido ingresó como titular y presionó intensamente la salida aguatera? Esa misma intensidad del séptimo juego la arrastró durante todo el campeonato. Fue el espíritu que nos hizo recordar en los momentos precisos que Malvín iba a luchar hasta el final para salir campeón.

 

Fausto Pomoli: El Intérprete

 

Si alguien interpretó a la perfección lo que tenía que hacer fue Fausto. En la fase regular fue el interno más parejo, más que nada cuando jugaba Darrius Garrett. En los playoffs tuvo pocos minutos, pero cuando lo hizo supo interpretar lo mejor para el equipo, haciendo lo necesario para elevar nuestro tono defensivo y sacando faltas al rival en sus ofensivas. Y lo hizo ante jugadores que lo superaban en tamaño y técnica. Pero supo salir adelante en base a su gran inteligencia y lectura de juego. El saber interpretar lo que el equipo necesita de uno no siempre es fácil. Y en Fausto ese talento es natural.

 

Dominic McGuire: El Rifle

 

Llegó a nuestro país con extensos pergaminos. Con más de 300 partidos en la NBA todo parecía indicar que tenía que romperla en nuestro básquetbol. Lo hizo con intermitencia, a veces sí, a veces no. Dependía de la puntería con la que estuviera en cada juego. A veces apuntando bien, a veces apuntando mal. Pero cuando lo hizo bien, cuando el disparo acertaba en el blanco, resultó letal. Y por momentos su rifle fue clave en las dos áreas, sumando puntos definitivos en el último partido o metiendo un tapón lapidario. Cuando el rifle estuvo bien calibrado, mató las ilusiones aguateras y nos llenó de ilusión. Méritos importantes para nuestra consagración.

 

Harper Kamp: El Soldado

 

Al principio no parecía llenar el ojo, pero lentamente fue mostrando todos sus atributos y siendo pieza clave en todo el andamiaje de López. Fue el soldado que ejecutó a la perfección las órdenes del entrenador, ya sea en los cambios de hombre, en las ayudas, en la marca step ante Gaines en la serie con Defensor Sporting, en el pick and roll o asumiendo en el juego interior. Tácticamente entendía todo y rápidamente. Sin dudas que es un interno dúctil que nos dio una mano tremenda. Fue el más regular hasta las finales. Luego no pudo sostener su gran rendimiento en la serie con Aguada, pero tuvo momentos más que importantes y fue un sostén en varios pasajes de los siete partidos finales.

 

Obviamente que hay muchos más para destacar, como los trabajos de Horacio “Chato” Martínez, de Néstor Lucas, de Florencia Somma y Felipe Maurente. También lo hecho por la sanidad azul fue más que importante. El equipo llegó entero al final (salvo la lesión de Marcel en el último partido) gracias a ellos, gracias al trabajo de los preparadores físicos y lo hecho por la sanidad comandada por Juan Carlos García. El trabajo silencioso de Gary, el equipier del básquetbol uruguayo con más campeonatos quizás. El aporte de los pibes, no solo para entrenar. Hubo partidos importantes de Emiliano Serres y de Gonzalo Díaz. ¿O no te acordás del doble de Theo Metzger en cancha de Biguá? La cantera sigue sumando.

Y por supuesto tenemos que referirnos a la hinchada playera, esa hinchada que fue creciendo en la medida que el equipo también lo hacía. Esa hinchada que siempre alentó con respeto incluso cuando el rival caía en provocaciones. A no perder ese rumbo jamás.

 

Con todo!!!

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