La derrota de ayer sin dudas que fue dolorosa. Para muchos increíble. Recibir 39 puntos en nuestra cancha en el último cuarto es cosa de locos, y más cuando habíamos obtenido una ventaja de 22 puntos en el tercer cuarto.
Sin embargo, por más dolorosa que sea la derrota, es un momento propicio para aprender la lección. El partido lo perdimos nosotros, no fue un accidente ni culpa del arbitraje (por más que en una falta a Cabot podrían haber pitado antideportivo). La derrota es toda nuestra. Fue por nuestra responsabilidad y ya lo veníamos advirtiendo en comentarios anteriores. El equipo estaba perdiendo intensidad defensiva en los últimos partidos. De hecho, en los últimos cuatro juegos nos convirtieron 85 puntos o más en cada uno.
Eso tiene una explicación: afloje colectivo o algunos lo pueden llamar subestimar al rival. Puede sonar un poco duro, pero en los últimos partidos, mientras elevábamos nuestro nivel ofensivo, fue declinando nuestro trabajo atrás, aquél que nos ha dado de comer por varios años bajo la conducción de Pablo López.
Lo de ayer fue otro testimonio de lo que venimos sosteniendo. Faltando 2:35 del tercer cuarto, es decir, faltaban 12:35 minutos para culminar el encuentro, Malvín ganaba por 22 puntos: 58 a 36, luego de una secuencia de jugadas formidables de los jugadores azules. ¿Cómo es posible que faltando 12:35 nos coloquen un parcial de 46 a 21?
Lo vuelvo a decir, inconscientemente subestimamos a nuestro rival cuando vimos que todo nos salía a la perfección. Entramos a jugar el último tramo del partido creyendo que ya estaba sentenciado el marcador. Y no fue así.
Realmente es una hermosa oportunidad para aprender una lección que nos ayude a pelear el campeonato. A los rivales hay que aplastarlos cuando se puede. Si Malvín hubiera tenido una actitud defensiva acorde, la reacción de Defensor Sporting con su catarata de triples no alcanzaría para vencernos y el error arbitral faltando 9 segundos hubiera pasado desapercibido.
Por las dudas lo aclaro:
Primeros 27 minutos con 25 segundos ellos anotaron 36 puntos
Últimos 12 minutos con 35 segundos ellos anotaron 46 puntos
¿Eso fue culpa de los jueces como algunos de nosotros protestamos al final? ¿Fue todo mérito de Defensor Sporting y las notables actuaciones finales de Gaines y Ere?
No.
Jugamos de galera y bastón y demolimos al rival hasta que aflojamos. De hecho una evidencia de ello fue el número final de asistencias: nosotros realizamos 22 y ellos 11. Colectivamente fuimos superiores en la mayor parte del juego. Lo que aprendimos anoche es que no alcanza con jugar de galera y bastón 27 minutos con 25 segundos. Si aspiramos a ser campeones este año tenemos que agradecer por este regalo precioso que recibimos del elenco fusionado. Nos dieron un baño de humildad para comenzar a templar nuestro carácter. Para ser campeones tenemos que mantener nuestra intensidad defensiva cada segundo, cada minuto, cada cuarto, sin regalarle nada a quien nos toque enfrentar. Esta lección también la brindó Nacional, pero en ese entonces no la aprendimos.
Encontramos un juego colectivo que nos ilusiona. Ayer comprendimos que para hacer valer ese juego colectivo en ataque, no debemos perder nuestras raíces defensivas: aquella frase que inmortalizó a Pablo López desde nuestra primera estrella: “defensa nos pone campeón”.
Ante Hebraica Macabi (que fuimos una maravilla ofensiva) recibimos 82 puntos.
Ante Trouville 86.
Ante Nacional 86.
Ante Welcome 85.
Ante Defensor Sporting 85.
Habíamos señalado que Malvín tenía la mejor defensa del campeonato. Hasta el partido con Hebraica Macabi en promedio recibimos un total de 73.59 puntos por juego, siendo el equipo menos goleado del campeonato.
Si tomamos en cuenta solamente los partidos nombrados más arriba, tenemos un promedio de 84.8 puntos recibidos por juego. Es decir, desde que apareció el Jogo Bonito, nos están convirtiendo más de 10 puntos extra por cotejo. Y eso en algún momento se paga. Ya vimos indicios ante Nacional, donde perdimos 86 a 79. Sin embargo no supimos aprender la lección.
Ahora es el momento definitivo de hacerlo. Este Malvín galáctico y que nos entusiasma en ataque, no debe perder más su intensidad defensiva. Conscientemente o no, nos dejamos estar en vez de estirar las diferencias. Ayer pudimos pisar a Defensor Sporting en el cierre del tercer cuarto, y no lo hicimos, por desidia de jugadores (perdieron intensidad defensiva), cuerpo técnico (aumenta la rotación en lugar de aplanar al rival) y también de la hinchada, que ve al equipo brillar y luego se descansa en lugar de exigir seguir jugando a un nivel alto.
Estoy seguro que si este plantel que tenemos aprende la lección de anoche, va a colocar la quinta estrella en nuestras vitrinas. Tenemos talento para eso, tenemos juego colectivo suficiente para convertir y hemos tenido en la mayor parte del año una defensa sólida y consistente. Con estos tres pilares afinados y en comunión, no nos para nadie. No en vano seguimos en la punta de la tabla de posiciones.
La derrota de esta forma duele mucho y nos enoja, pero llega como un regalo precioso para comprender que los rivales juegan todo el partido y no solo cuando nosotros queremos.
A masticar la bronca que esto no es grave, al menos no es grave si aprendemos la lección.
Se nos viene Aguada el viernes. Lindo partido en el Canil, donde ambos equipos se ganaron en el campeonato.
No podés faltar! Te esperamos!!!