Lo primero que tenemos que decir que la serie no está cerrada. Es cierto que anoche recibimos una paliza y Urunday fue superior en lo anímico y en lo basquetbolístico, pero esto no terminó. En primer lugar Malvín no puede jugar peor que ayer y en segundo lugar Urunday, que viene jugando sin responsabilidad, ahora tiene que dar el paso para clasificar. Dar ese paso ganador no es tan sencillo y no todos los equipos asumen la responsabilidad para ganar cuando vienen de jugar con soltura y sin presión. El aro no siempre se ve tan grande.
El equipo de la Playa tuvo una semana complicada. Will no pudo entrenar por una estado gripal (se le realizó un hisopado y dio negativo). A su vez personas allegadas a Marcio tuvieron resultados positivos de covid y un entrenamiento debió suspenderse. De hecho Marcio no pudo ser parte del plantel por precaución.
Pero nadie se imaginó lo que iba a suceder anoche. Quizá fue el peor partido de la temporada y la serie se puso 2 a 0 cuando ni el más optimista de Urunday pudo pensar en un escenario tan favorable.
Estamos contra las cuerdas, pero no vencidos.
Obviamente tenemos que apelar a un cambio radical de actitud. Por momentos parecíamos un equipo apático en cancha, con bajísima intensidad defensiva y cometiendo errores de desconcentración en plena salida de la pelota.
También desde lo táctico tendremos que hacer ajustes claves. Urunday Universitario jugó prácticamente sin base y no lo supimos aprovechar. Sin su conductor titular por momentos jugaron más prolijos que nosotros. Solo en algunos pasajes presionamos la salida y nos dio buenos resultados. Por otra parte Pablo sigue jugado a un sistema perimetral. Lo ha hecho todo el año, pero sin el capitán y Pitu tenemos que tener otras variantes y usar de otra forma la zona pintada. Pero, creo que es lo más importante, si no nos adaptamos a que el rival va a subir la cantidad de posesiones nos va a costar muchísimo. Mientras Pablo aspira a tener un juego basado en pocas posesiones ellos imprimen mayor dinámica y menos tiempo por jugada. Y lo hacen conscientes de que nos perjudican. Es momento de entender su estrategia y hallar soluciones, que sin dudas Pablo las tiene de sobra.
Para muestra basta un botón. En esa estrategia de posesiones cortas nos colocaron un parcial de 11 a 0 en menos de cuatro minutos. De allí en más el control total del partido fue para los dirigidos por Da Prá, donde cada minuto que pasaba su confianza se agigantaba. La defensas de Morena sobre Marcos y la de Álvarez sobre Hicks fueron determinantes. Nuestras dos vías de gol principales fueron anuladas, sumado a que Will no comenzó de titular por lo que decíamos anteriormente de su estado gripal. Pero además desde la intensidad defensiva Álvarez sobrepasó a Hicks y nos trituró. Pablo decidió mantener la defensa del panameño sobre Álvarez, pero fue peor. A los cuatro minutos perdíamos 15 a 3 con 10 puntos de Álvarez. En ataque Nicola estaba impreciso y como señalábamos Hicks y Marcos anulados. Hasta que Da Prá saca a Morena y Marcos logró liberarse, sumando 5 puntos corridos. Además el ingreso de Will nos dio otra alternativa ofensiva y Malvín reaccionó, acortando distancia. Primer cuarto abajo 23 a 15.
Teníamos que bajar al rival a menos de 20 puntos por cuarto. Como lo hicimos siempre durante toda la temporada. Pero no pudimos en ninguno. En el segundo nos convirtieron 21 puntos y fue el de menos goleo del rival. La estrategia de jugar más posesiones fue totalmente favorable para ellos. Pero la evidencia de una dificultad táctica importante en este tramo del partido fueron los puntos en la pintura. En el primer tiempo ellos terminaron con 24 puntos desde el juego interno, mientras que nosotros apenas sumamos 6. Al minuto del segundo cuarto llega otro bombazo de Marcos para quedar abajo 25 a 21, pero ellos nos lastimaron con Jackson y Delgado debajo del aro. Así que rápidamente recuperaron la ventaja. A los cuatro minutos se ponen arriba 33 a 23. Al juego interior le agregaron los buenos porcentajes desde los 6.75. Otra vez Suárez (como lo hizo siempre en formativas) convierte de tres dando paso atrás. Restando tres minutos se alejan 40 a 28. Respondemos con triple de Will y un doble de Kiril tras rebote de ataque. Primer tiempo abajo 44 a 33. En el último minuto nos anotaron 4 puntos cuando teníamos dos colectivas para dar. La desconcentración azul se notaba en la cancha.
El tercer cuarto fue nuestro peor trabajo defensivo y la expansión de la confianza de la Verde. Lluvia de triples del rival y juego colectivo superior. Álvarez volvió a enchufarse. En 24 minutos llevaba anotado 20 puntos. Un infierno. Nosotros convertimos de la mano de Will, pero ellos respondieron con triples determinantes de Suárez y Medina, al igual que en el partido anterior. A falta de dos minutos nos pasaban por arriba 65 a 47. Malvín parecía desganado en cancha y sin soluciones anímicas y tácticas. Tercer cuarto para ellos 70 a 52.
Llegaba el momento de bajar la cola y defender. Pero de arranque defendimos mal a Medina y la mandó guardar desde los 6.75. La distancia se hacía indescontable: 73 a 52. En ese momento Pablo decide presionar la salida y recuperamos varias bolas. A los tres minutos nos pusimos abajo 76 a 60. Pero otra vez un triple de Medina nos robó la ilusión de la reacción. Eso fue lo que más nos costó. Ver a un Malvín sin reacción. No la tuvimos en todo el juego. Así Urunday controló el trámite a su antojo y no se guardó nada, estirando aún más la ventaja. El partido ya no tenía otro destino que la victoria del número 8 en la fase regular.
Resultado final 93 a 68.
Dura derrota en un momento complicado del año. Inesperada, pero más inesperada la falta de reacción del equipo que ostenta el número 1 de la temporada.
Es momento de encontrarla. No hay mañana. Tenemos las armas y el temperamento? Sin dudas que sí, es momento de que el equipo saque lo mejor de sí, adentro de la cancha y afuera. El lunes que viene se nos va el año y una oportunidad de pasar de fase. Hay tiempo para corregir y mejorar. Y lo más importante, hay talento!
A darlo vuelta!
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Buen día. Estoy totalmente decepcionado con lo que estoy viendo en cancha. Más allá del paupérrimo nivel basquetbolístico que estamos demostrando, hay algo aún peor que es la actitud en cancha. La verdad no puedo creer lo que está pasando. Me parece hasta una falta de respeto a los Dirigentes que hacen un grandísimo esfuerzo dada la realidad que vivimos. Pareciera que a algunos jugadores les da lo mismo ganar que perder. Hicks me tiene totalmente desconcertado, no se qué le pasa pero pareciera que no tiene ganas de jugar. El rival quiere que Nicola tome las mayor cantidad posible de decisiones en ataque y nosotros les damos el gusto. Ojalá demos vuelta la triste imagen que estamos dando, pero todo comienza por las GANAS DE GANAR. Saludos y arriba la playa!!!