Javier Espíndola está pasando un delicado momento de salud y necesita del apoyo de todos nosotros.
Sin dudas que cuando hablamos de Javier Espíndola estamos hablando de un hombre de esta casa y de este barrio.
Pero con el correr de los años se transformó en un hombre del básquetbol uruguayo, un referente, un entrenador ineludible y de dilatada trayectoria, quien está en la elite de este deporte tan lindo, llegando a ser considerado en su momento como el mejor director técnico de básquetbol de nuestro país. Comenzó su carrera en nuestra institución. Su primer título Federal fue con Cordón en 1986, luego repitió campeonatos con Hebraica Macabi, Salto Uruguay y Aguada. Dirigió en Argentina y además en la selección uruguaya, en una carrera de más de 40 años. En la actualidad tiene contrato vigente con 25 de Agosto y además se desempeña como comentarista deportivo en Radio Universal.
Vivió su niñez frente al Club. De hecho el club y la placita fueron su lugar de crecimiento. “Aprendí a jugar al futbol en la placita con mis amigos (cuando todavía era un campo baldío), al básquetbol y baby fútbol en el club Malvín”, señalaba hace poco en una entrevista.
Javier tenía 16 años cuando el histórico Ruben “Huevo” Botari le preguntó si quería trabajar con los niños en Malvín, ya que su talento basquetbolístico seguramente no le abrigaba muchas esperanzas en la cancha.
Fue así que en cada tarde cruzaba al club para trabajar con los playeritos. Por supuesto, sin cobrar, por amor a la camiseta.
Tras varios años en formativas llegó el momento del plantel principal en 1979. Con 23 años le tocó dirigir a pesos pesados de Malvín: como Poconé, Moltedo y el “Manteca” González.
Cinco años después llegó el momento de dar el salto y se fue a Defensor Sporting para luego recalar en Cordón, donde logró su primer título como entrenador.
Pero más allá de ese recorrido Javier siguió vinculado a Malvín. Su corazón azul continuaba latiendo más allá del lugar que ocupaba transitoriamente. No solo el club, también el barrio. Ese sentimiento no cambió jamás.
“Malvín me formó como persona, luego me dio también una profesión. Es mi club, mi lugar. En total 11 temporadas en el equipo principal como entrenador jefe”, dijo con mucho cariño en sus palabras.
Es un hijo de esta casa, un hombre de sangre azul.
Hoy está jugando el partido más importante de su vida.
Hablamos con él a principio de año. Estaba como siempre, alegre, vivaz, incisivo. Presentaba algunas molestias estomacales pero algo común para esa época del año. Sin embargo hace pocos días la situación empeoró y decidió ir a emergencia. Tras varios estudios le dieron la peor noticia: cáncer de páncreas. Pero Javier no se amilanó, como siempre: “le voy a ganar”, dijo.
Ayer lo operaron y la situación es delicada y compleja. Su salud necesita de todos nosotros. Es momento que todo Malvín lo apoye de todas las maneras posibles.
Por este motivo se están recaudando fondos para ayudar con su tratamiento en Red Pagos Tarjeta Mi Dinero a nombre de su compañera Macarena Cuenca, pasaporte AAC729085.
Arriba Javier!!! Como dijiste una vez: “que la pelota siga picando”. Todo Malvín está con vos!!!
Comments 1
Arriba amigo. Lo dijo un día cuando le ofrecí a hacerlo pasar al club, (con mi falta de ignorancia) , como un amigo se animó a ser delicado. GRACIAS, FLACO, SOY DE LA CASA. Sale bien todo. Si vos empezaste lo valioso, se devolverá lo trascendente!!