El equipo de la playa derrotó a Biguá 85 a 66 en el cuarto juego playoffs
Sin dudas que nos despierta una enorme alegría haber clasificado a una nueva instancia semifinal y de forma consecutiva en nueve oportunidades, lo que evidencia un proceso de trabajo consolidado desde la llegada de Sergio Somma a la presidencia y de Pablo López en la conducción técnica.
Pero ya hablaremos del proceso de trabajo cuando culmine el campeoanto, ahora es momento de enfocarse en este 2017 y seguir pensando en grande. La ilusión de seguir creciendo en esta temporada se mantiene intacta y todas nuestras energías deben tener como epicentro lo que viene (por las dudas recordemos aquella final perdida ante Defensor Sporting tras dejar por el camino a Unión Atlética. En parte la perdimos por no enfocarnos a tiempo. Debemos tener esa experiencia presente y mantener clara la concentración).
Anoche Malvín dio cátedra desde todo el punto de vista. Pero es claro que la victoria se cimentó en la defensa. Cuando Malvín marca, Malvín mata. El único juego de la serie que nos ganaron no tuvimos la actitud defensiva adecuada para este tipo de instancia. Nos convirtieron 86 unidades. Ayer volvimos a defender y otra vez bajamos al rival a menos de 70 puntos (65 primer partido, 64 el segundo y 66 ayer). En ninguno de los cuartos rival superó los 20 puntos, algo que no acontenció en el tercer cotejo. En el tercer partido habíamos señalado que la falta de actitud defensiva se reflejaba en los rebotes defensivos. Ellos tomaron 13 y nosotros 4. Ayer la situación fue otra: 8 y 8. Además en el total de rebotes tomamos más que el Pato.
Con el dominio en la pintura pudimos evitar segundos tiros y correr mejor la cancha, el juego fluyó de otra manera, lo que se evidencia en las asistencias (23 nosotros, 16 ellos) y en el porcentaje de acierto del tiro exterior: 50 % de efectividad en triples (9 de 18).
Con la defensa consolidada, la clave en la ofensiva se llamó Federico Bavosi. El Mono desplegó todo su repertorio y fulminó al elenco de Kogan que no pudo apagar la magia de su juego. Realizó 23 puntos y 4 asistencias, siendo uno de sus mejores partidos de la temporada.
Si a la defensa sólida, le sumamos una conducción en alto nivel, resulta muy complicado frenarnos. Y ayer se notó con claridad. En ofensiva el equipo brilló, aunque recordemos que hicimos la misma cantidad de puntos que el partido que perdimos: 85. Lo que marca a las claras la importancia para nosotros de una defensa sólida y bien constituida.
En el primer cuarto el azul fue letal. Con un Mono que parecía elástico y estaba sumamente encendido (11 puntos en este período) nos vamos arriba 7 a 0 en dos minutos y medio. La defensa, si bien pasó por uno o dos minutos donde nos tomaron algunos rebotes ofensivos, hizo muy buen trabajo, controlando a Glenn y aspirando la distribución del juego de los perimetrales rivales. Pero el Mono tuvo una compañía de lujo. Allen se plegó a su repertorio y lastimó en la zona pintada con 4 puntos corridos. Desde el alto rendimiento del base azul seguimos ampliando la ventaja. Llegó un cañonazo bárbaro para irnos arriba 18 a 6. Un minuto más tarde llega una de las jugadas más lindas del partido. Un doblón de Allen tras una asistencia majestuosa de Lorrenzo. Para colmo Biguá tuvo otro sacudón con un bombazo de Nicolás, que comenzó a entrar en juego. Kogan no podía liberar a ningún jugador playero. Todos estaban en buena sintonía de juego y lastimaban. El rival halló alguna solución en ataque de la mano de Brause, como en toda la serie. Pero la distancia a nuestro favor comenzaba a ser demoledora. Primer cuarto 30 a 14.
Si manteníamos nuestra tarea defensiva en el segundo cuarto, podíamos obtener la diferencia considerable y casi definitiva en el primer tiempo. Y lo hicimos. Biguá hizo menos de 20 puntos en este cuarto y Malvín cambió el eje ofensivo para seguir arriba en el marcador. Este tramo del juego fue todo de Nicolás, que brilló en gran nivel. A los dos minutos y medio nos vamos 20 puntos arriba con doble de Allen (36 a 16). Ellos descuentan de la mano de Cambón, pero un triple de Lorrenzo, otro cañonazo de Pitu y un misil nuclear de Nicolás, aplastaron cualquier intento de reacción de Biguá. A puro bombazo nos vamos arriba 45 a 21. La diferencia para el equipo de Kogan se hacía cuesta arriba. Biguá comenzó a entender que se le terminaba el año. Primer tiempo nuestro 52 a 32.
En el tercer cuarto volvió a cambiar el eje de la ofensiva. Otra vez el Mono hizo monadas y acribilló a un Biguá que no tenía forma de dañarnos significativamente. A la mitad del cuarto ganábamos 61 a 34, alcanzado la máxima diferencia en el partido. Biguá sumó 16 unidades en este período y no halló ningún tipo de reacción. El tercer cuarto nuestro 71 a 48.
El último cuarto sobró. Rápidamente fueron llegando la mayoría de los cambios. El partido se desordenó, pero no afectó en casi nada el marcador final. Malvín se impuso con justicia y claridad 85 a 66.
Linda oportunidad para felicitar a nuestros jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas. Es un paso hermoso el que dimos anoche al meternos nuevamente entre los cuatro mejores de la Liga. Pero todos tenemos que ser conscientes que lo mejor está por venir. Ya sea Trouville o Hebraica Macabi, hemos demostrado que tenemos las armas para sobreponernos a cualquiera siempre y cuando pongamos en cancha una defensa dura y consistente.
A seguir pesando en grande y a no guardarse nada.
Después de Turismo, vuelve el básquetbol para los azules!
Con todo!!!
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